YO

Mi nombre es Hunter Headen. Eh vivido mi vida enserado intentando mezclarme en una sociedad consumista. Imitando a los demás seres que me rodean, camuflándome.

Pero un día mi ser interior, que había estado atrapado por años, salió a luz, obligándome a ser quien en realidad soy.

Te invito a leer mi diario... Soy Hunter Headen y soy un asesino.

martes, 28 de diciembre de 2010

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Al llegar a la escena, todo se torno muy confuso…
Según los informes, el chico se suicido, pero… quien se suicida de esta forma? Sus ropas desarregladas, sucio, una porción de torta sin terminar sobre la mesa. Nada serraba.

-¿Que fue lo ultimo que hizo el chico? -pregunte a un compañero, Zac.
-Por lo que nos dicen sus amigos, lo único que podía estar haciendo a esa hora era jugar video juegos. Era un chico con demasiado tiempo libre, sin novia, vivía solo, le sobraba el dinero y con sus amigos… solo… jugaban video juegos.

El chico… Jean, se había colgado en el centro de las escaleras, era una escena macabra. la cuerda que se utilizó, estaba cuidadosamente atada al techo, lo que no parecía fácil, esto quiere decir que el chico lo planeo, o lo que yo creo… no fue un suicidio.




-Bien… Charlie, tu eras el mejor amigo de Jean, sabias todo de el, no es así?
-Así es - respondió el chico cabeza agacha.
-Si suponemos que no fue un suicidio, si no que… fue asesinado, ¡tendrías a algún sospechoso?  No se… algún enemigo… venganza… engaños… no se…
-No, nadie. Era demasiado bueno, y además no se relacionaba demasiado, somos un grupo de amigos reducido y el no pasa de eso, no sale… nada.
-Cuando fue la ultima vez que lo viste o hablaste con el?
-Esa noche… la noche que sucedió…
-bien… y… notaste algo extraño? Algo anormal? Que se saliera de la rutina…
-No, todo lo contrario, me llamo para… espera… ahora que lo dices, me llamo para contarme de un juego, estaba un tanto nervioso, decía que el juego era muy real y para el año en que se había creado era bastante avanzado ya que se activaba con la voz… también menciono que había pasado todo el día en eso, y acababa de perder.
-Podrías acompañarme a la casa de Jean,  precisamente al lugar en donde juega?
-claro…


Entramos a la habitación. No era un cuarto,  sino una sala preparada especialmente para eso… jugar videojuegos.


-Esa es la computadora que utilizaba para jugar. -dijo Charlie señalando una portátil blanca.

La abrí. En unos instantes la pantalla negra tomo color y pude ver las palabras “GAME OVER” y de fondo un muñeco con apariencia similar a la de Jean… colgado.




Yo diría que no... no es un dato irrelevante.

lunes, 20 de diciembre de 2010

GAME OVER

CAP 1




Luego de despertar, todo mi cuerpo se sentía adormecido. En verdad parecía que había estado días en cama. No podía dejar de pensar en aquel sueño, al menos en lo poco que me acordaba de el. Estuve cerca de media hora sentado en la cama cuando me percate de la hora y de que debía ir a trabajar.

Estacione la vieja camioneta, tome mi maletín y entre a la base. Creo ya haber dicho que no puedo mencionar su nombre. Hoy me tocaba trabajo de oficina, genial!
Entre y me senté en mi escritorio, solo deseaba que fuera un día normal, solo eso... sin estrés.
Estaba investigando un par de casos. El primero se trataba de una cadáver que fue encontrado en medio de una chacra sin extremidades ni ojos. Al parecer era de una joven de 17 años. El segundo trataba de una pareja de jóvenes que desaparecieron, pero no sin antes torturar y acecinar a la empleada domestica de uno de ellos. Por que? Valla uno a saber.

La policía una que otra vez nos pide colaboración, ya que no da a vasto, pero últimamente el numero de casos a aumentado demasiado.

Mientras revisaba  el ultimo caso, entro a mi despacho Tara, mi secretaria de turno, y me dejo unos papeles. “genial” pensé para mi, otro caso.

Se trataba de un joven de 25 años, un suicidio… mas precisamente se  había ahorcado. Lo extraño es que este chico acababa de recibirse, había heredado una gran fortuna de un abuelo hacía casi un año, y por mas que interrogaran a todos sus conocidos no se pudo hallar ningún desperfecto en su vida, salvo que era un adicto a los video juegos.

No se que, pero un algo especial tenia este caso, que decidí ir a ver la escena del crimen.





Y… que sea un adicto a los video juegos… es un dato irrelevante?

domingo, 5 de diciembre de 2010

SUICIDIO?


Desperté sobresaltado. Me encontraba acostado en una cama, dura, el olor a humedad prácticamente no me dejaba respirar. En cuanto abrí por completo los ojos, me di cuenta de que estaba en el centro de una habitación, la luz no era mucha. Pude notar que sobre mi había una especie de circulo, supuse que era una antigua sala de operaciones. Esperen… ¿Qué hago yo aquí?, tan pronto como me lo pregunte, me intente incorporar, y en ese momento me di cuenta que mis muñecas estaban atadas a la camilla.

-¿Hay alguien aquí?!! -grite desesperado, parecía que todo el entrenamiento que había recibido no servia de nada. Se supone que debo de mantener mi mente centrada en situaciones adversas… pero esto… en verdad me esta volviendo loco!

-Hunter Headen… Hunter Headen… -era denuevo esa voz…

Estaba decidido a salir, solo tenia que hacer fuerza… fuerza con mis brazos! Sentía que mis brazos iban a explotar… intentaba concentrarme en escapar pero la voz no se detenía!… demore alrededor de un minuto en romper aquello que me ataba, y poder poner mis pies en el piso al fin.

Un dolor horrible en mi cabeza aumentaba cada vez mas, mi estomago de retorcía y me provocaba unas ganas terribles de arrojar. Tan pronto como pude terminar de hacer arcadas, busque la puerta. Me tomo mucho encontrarle, mi visión estaba borrosa.

Corrí por un pasillo, temía que fuera el mismo, temía que la voz volviera a parecer! Corría con todas mis fuerzas pero no avanzaba lo suficiente… tropecé… intente levantarme pero volví a caer. Que tonto… me encontraba tirado en un corredor oscuro, sin fuerzas para ponerme de pie. No dejaba de mover mis dedos… tal vez para asegurarme que aún estaba vivo…
          No se cuanto tiempo paso, hasta que pude levantar mi cabeza y mirar hacia delante, fue ahí que las esperanzas volvieron. Pude ver una luz.
No se de donde saque fuerzas, tal vez sea cierto que el ser humano  no muestra su verdadera fortaleza hasta encontrarse en una situación limite, en fin… pude levantarme y seguir corriendo! Veía como la luz se acercaba. Pronto me di cuenta que era una puerta, y daba al patio, genial! Era de día.

Al fin… fuera.

-Que es esto? -me pregunte.

No era el patio… al menos no el que conocía. Era un… cementerio. Aun sin creer lo que mis ojos veían, caminaba por entre las lapidas. Las inscripciones eran extrañas, tenían un nombre, un número de cuarto, y… el motivo de muerte. ¿un numero de cuarto? Acaso eran pacientes?
Aquello era un mundo de lapidas, habían cientos… miles. Mery Carter, cuarto 759, paro cardiaco. Kathy Fox, cuarto 758, muerte natural. Tomas Hopkins, cuarto 757, causa de muerte desconocida.

Mientras leía las lapidas, recordé que mi cuarto era el  740, estaba cerca… debía seguir? Camine mientras los números decrecían. 748... 747... 746...

-Hunter Headen… -era denuevo esa voz…

745... 744... 743...

-Que frágil es la mente del ser humano, ¿lo has pensado Hunter? -esa voz seguía molestando- que fácil que es… volverse loco…

742... 741...

-La maquina perfecta eh? El ser humano… pero que fácil es cuando se lo ataca desde dentro…

740...

Mi tumba… mi lapida… Hunter Headen, cuarto 740, suicidio.
Mi tumba no estaba serrada, en frente a la lapida estaba el agujero… y un ataúd abierto… en el fondo. Mi ataúd? Mi lapida? Suicidio?
-Eres frágil Hunter… tu mente es débil… -la voz era cada vez mas fuerte- TU te estas matando… estas enloqueciendo Hunter… cae… cae al ataúd, esa es tu salvación… tu descanso.

Caí, así como lo dijo esa voz, así como lo dije yo, caí… y me sentía aliviado, el dolor de cabeza desaparecía, mi estomago ya no se retorcía… mi cuerpo estaba liviano… no sentía dolor… solo sentía… paz.



De repente desperté sobresaltado… estaba… ¿en mi casa?

martes, 23 de noviembre de 2010

La voz...


-Hunter Headen … Hunter Headen!!…

Apenas veía mis pies, la oscuridad era absoluta. Caminaba, y caminaba. Yo quería correr pero mi cuerpo no podía… -Hunter Headen… Hunter Headen!! - denuevo esa voz, caminaba por el callejón escuro, yo solo… -Hunter Headen… Hunter Headen!!- denuevo esa voz… todo se movía, todo se tornaba borroso… -Hunter Headen…- la voz se acerca…

-Hunter Headen!

Me despertaron los golpes de la puerta. mi cama estaba empapada en sudor, ¿era un sueño? Se veía tan real… me levante a abrir la puerta.

-Chico, aquí te dejo las sabanas y toallas, solo por hoy, la próxima vez si no contestas a la primer llamada me iré!- me gruño.
-Bien, lo siento.

Volví a entrar a mi habitación, ya no aguantaba el dolor en mi cabeza. De repente vi al muchacho regordete de la noche anterior, con esa risa malévola en el rostro, se reflejaba en el espejo roto que colgaba en frente… ¿Qué quiere decir esto? ¿Es uno de los responsables de que yo este aquí?…

Seguía sentado en la cama cuando sonó la campana, lo que quería decir… hora de comer!
En realidad tenia hambre, pero me desagradaba comer ahí. Preferí caminar por el edificio sin rumbo definido…
Después de quince minutos de caminar en línea recta la luz comenzó a disminuir, ya no había ventanas ni cuartos, ya no había nada… era solo un pasillo angosto del cual no veía el fin. Dude un par de veces sobre continuar caminando o no… pero mi curiosidad me llevo a seguir.  Ya hacia media hora que caminaba, tal vez estaba rodeando el edificio.  Vi puertas a mi izquierda, eran cuartos deshabitados, o eso creí.
Camine un poco mas y me decidí a volver, al parecer no había nada fuera de lo común.

-Hunter Headen…

Era denuevo  esa voz, la voz de mi sueño. ¿en realidad me estoy volviendo loco?

-Hunter Headen…
-¿Quien SOS? Donde estas? -comencé a mirar a los lados, pero no veía a nadie.
-Sabes bien quien soy Hunter Headen.
-No lo se! Dímelo… no te tengo miedo.
-Si me temes, me temes mas que a nada Hunter…
-No te temo… quien eres?
-Me temes Hunter, me temes… temes estar enloqueciendo.

En ese momento mis piernas perdieron fuerza… todo mi cuerpo perdió fuerza y caí al suelo… solo podía oír la voz… -Me temes Hunter… temes estar enloqueciendo… enloqueciendo… estas enloqueciendo… me temes Hunter, porque soy tu.

lunes, 15 de noviembre de 2010

La primer noche.


Lo recuerdo como si fuera ayer. Aún extrañado por estar allí, decidí dejar que me lleven a cenar. La enfermera me dirigió al comedor a través de un pasillo largo y no muy iluminado. No pude dejar de mirar al costado en ningún momento, allí se encontraban todos los cuartos de los pacientes. No me extraño ver que algunas puertas estuvieran protegidas por rejas.

-¿Esas personas nunca salen de ahí? – pregunté, intentando ser amable.
-No.

No volví a hablarle, tal vez quería estar en silencio. Eso me recordó a mi mismo.

Nos detuvimos al llegar al gran comedor, a mi izquierda se encontraban las ventanas donde 5 mujeres un tanto desagradables servían la comida. A la derecha se extendía un centenar de mesas, separadas a la mitad por una especie de reja. Los que se sentaban al otro lado, iban vestidos de blanco y comían en un total silencio. 

-Eh, tu! Decídete.

Escuche un grito y gire mi cabeza hacia las ventanas, una mujer gorda y desprolija me hacia señas con una espátula en la mano. Me di cuenta de que era el último y me apure a tomar una bandeja de los estantes que estaban próximos a las ventanas.

-¿Que prefieres? – me pregunto mientras señalaba con la espátula una gran bandeja de lasaña y un enorme latón de guiso de lentejas.

Nunca me considere delicado para la comida, es más decir, la comida de la escuela militar no era para nada buena. Pero ese latón de guiso... no tengo palabras para describirlo, y la lasaña... a la lasaña se le caía el relleno por el costado y parecía...

-Quiero una manzana – creo que noto mi cara de asco.
-Haber cuanto te dura niño lindo – me respondió malhumorada casi tirando la manzana en mi bandeja.

¿niño lindo? Me pregunte mientras buscaba con la mirada una mesa vacía. 

Terminaba mi manzana cuando se abrió la gran puerta de golpe, y entraron 5guardias de seguridad. Un hombre de color, de casi dos metros de altura, tomaba del cuello a un muchacho pelirrojo de mi edad. Este ya estaba casi inconciente para cuando llegaron los guardias, quienes se llevaron al grandote. Casi de inmediato entro la enfermera con un asistente y subieron al muchacho a una camilla, la cual estaba gris de mugre, pero ya no me extraño.
Valla episodio para mi primer comida, pensé. Cuando decidí que ya era suficiente y me dispuse a levantar, note que dos hombres se acercaban. Uno de ellos era alto, aún mas que yo, de tes. un tanto morena y cabeza rasurada. El que lo acompañaba era mas bien bajo rubio y regordete, ambos rondaban los 30 años.
Desde luego no me intimidaron, eh visto cosas peores, pero despertaron mi curiosidad.

-Eres el nuevo? -pregunto el regordete sentándose de costado en la frente a  mi.
-Si. - me limite a contestar.

El grandullón me miraba fijo a los ojos, ¿querría intimidarme?, no lo hacia, pero en verdad me irritaba, nunca estuve acostumbrado a callar.

-Y de donde vienes? 
-No lo recuerdo. -respondí  nuevamente cortante.
-Que no lo recuerdas? -preguntó, fingiendo aguantar una asquerosa risa- oíste Bic? Dice que no lo recuerda. -dijo codeando al grandulón.

 A caso estaba borracho? Descarte esa posibilidad por el único motivo que no se permitía introducía alcohol, pero lo parecía. El grandote me miraba aún fijo a los ojos.

-No nos quieres preguntar nada? no sientes curiosidad por quienes somos? -me dijo mirándome con los ojos saltones.
-En absoluto. -le mentí, y me incorpore para dirigirme a la puerta.
 Al tomar el pestillo de la puerta aproveche para mirar a mi derecha, ambos me miraban, pero el regordete ya no tenia esa sonrisa patética, al contrario, ahora mostraba una cara de loco psicópata.

jueves, 4 de noviembre de 2010

MI NOMBRE ES HUNTER HEADEN



Primera parte


A veces siento que mi cabeza ya no forma parte de mi cuerpo… es mas, que ronda por lugares que desconozco. Aquella noche sucedía algo parecido.
Caminaba solo por el sucio callejón, cada paso me costaba la vida. Pronto comencé a ver que todo se nublaba y oscurecía, las cosas se movían de lugar, temblaban. Intente seguir. No recuerdo más…

Cuando abrí mis ojos me encontraba en este lugar, una especie de psiquiátrico que quiere aparentar ser otra cosa, donde todos decimos no estar locos, pero vemos sombras en medio de la soledad y escuchamos voces donde no las hay.
En el centro de rehabilitación “Summer Sun” somos muchos, pero el lugar es tan inmenso que parece desolado. A veces pienso en el nombre… sol de verano, y me parece ridículo, tal vez sea porque en esta parte de Dakota del norte nunca deja de llover. Y si hablamos del cartel de la entrada que comienza con “Centro de rehabilitación…”, aquí nadie conoce a alguien que haya salido.

No me preocupa el hecho de no poder salir y quedarme para siempre en este lugar, lo que me preocupa es quien me trajo y porque; aunque, no se porque pero… creo tener a las personas perfectas.
Cuando cumplí los dieciocho años entre a un centro militar como recluta, intente impresionar en la prueba de admisión, creo que no debí hacerlo. Al terminar las pruebas teóricas y practicas, un militar de alto grado me llamo aparte del resto de los aspirantes: “tenemos planes para ti”, luego me llevo a una oficina… puedo recordar el cuestionario, y la voz fría y grave con la que hablaba.

-¿Nombre?
-Mi nombre es Hunter Headen –respondí extrañado.
-¿edad?
-18 años.
-No necesito mas, sé que viniste queriendo llegar a ser militar, pero lo que te ofrezco es mucho mejor.


“¿mucho mejor?” me pregunte a mi mismo, me lo pregunte en ese momento, me lo pregunte cuando me entere de lo que se trataba, y me lo sigo preguntando aún, con la diferencia de que ahora si tengo una respuesta.
Se trataba de una agencia, que ya conocía, y estoy seguro de que cada uno de los trescientos millones de habitantes de los Estados Unidos la conoce.


-Entraras a la escuela militar, con la diferencia de que cuando te gradúes vendrás con nosotros.


No me entere de la verdad hasta que tres años después me gradué y me llevaron al lugar.
Me dejaron en la puerta, cuando baje de la camioneta, mi corazón volvió a su ritmo normal y me pregunte a mi mismo “¿tanta incógnita por esto?”…